Abordar la tartamudez en el Síndrome de Down
Articulo de David Santos en Spain-noticias.com
Investigadores de la Universidad de Alberta están ayudando a niños con síndrome de Down que tartamudean encuentran su voz y hablar con facilidad.
La tartamudez es un problema común que afecta a casi la mitad de todos los niños con síndrome de Down, sin embargo, a pesar de la magnitud del problema, existe poca investigación acerca de las opciones de tratamiento preferido – o incluso si se debe tratar en absoluto. Investigadores de la Universidad de Alberta del Instituto para la tartamudez Tratamiento y la Investigación punto (ISTAR) a un nuevo estudio de caso que muestra la formación de fluidez de hecho puede mejorar el habla de un niño.
“Las personas que tartamudean, si tienen un retraso en el desarrollo o no, puede hacer muy bien con el tratamiento”, dijo el coautor del estudio, Jessica Harasym, un patólogo del habla y el lenguaje y el clínico Elks con ISTAR en la Facultad de Medicina de Rehabilitación. “No hay diferencia entre la forma en que el niño, en nuestro caso de estudio respondieron en comparación con otros niños y familias a las que he trabajado que no tienen síndrome de Down.”
Co-autora Marilyn Langevin, director ISTAR de investigación, dijo que no hay consenso en la comunidad de patología del habla sobre el tratamiento de la tartamudez en los niños con trastornos co-existentes como el síndrome de Down. Su estudio de caso descriptivo directamente desafía la noción de que los niños con síndrome de Down no se les debe enseñar habilidades de fluidez por temor a que un fallo podría conducir a la frustración y dañado su autoestima.
“La diferencia en el tratamiento de un niño con síndrome de Down podrían estar utilizando términos más ágiles y ligeras modificaciones en cómo las habilidades se explican, más modelado de habilidades – cuanto más te muestre, el mejor”, dice Langevin.
En el estudio, Harasym Langevin y trabajó con una niña de ocho años de edad, “Sarah”, cuyo tartamudeo había afectado su rendimiento escolar y la capacidad de hablar con amigos y maestros en la escuela. Cuatro meses de tratamiento, incluida la práctica de prolongación – hablando a un ritmo exageradamente lento – además de las técnicas de respiración y las habilidades de gestión de voz dentro de la clínica y en el país, ayudaron a Sarah mejorar su fluidez en 98,6 por ciento.
“Esto es de primera línea de investigación clínica y está haciendo una diferencia en las vidas de las personas”, Langevin dice, explicando que el tartamudeo puede llevar al aislamiento social, las burlas y la intimidación. Ella dice que el tratamiento ayudó a Sarah encontrar una manera de conseguir sus palabras hacia fuera, y nos ayudó con las tareas escolares, así como la interacción y hacer nuevos amigos.
“Cuando hay menos interferencia con la comunicación, un niño como Sarah puede funcionar mucho mejor. Está funcionando mejor con sus amigos, ella está funcionando mejor con la familia, y ella es capaz de alcanzar su potencial de una manera más robusta”.
Langevin y sus colegas en plan de ISTAR a publicar estudios que informan sobre el tratamiento de adultos jóvenes con síndrome de Down que tartamudean, así como las personas con síndrome de Prader-Willi y otros trastornos co-existentes.
Fuente del artículo: Spain-Noticias.com