Llevando en el corazón a las más de 400.000 personas con tartamudez de este país
El pasado miércoles 23 de enero fue uno de los días más importantes de mi vida. Muchísimos años creyendo que la tartamudez me dirigía, y allí estaba yo, dando una charla sobre voluntariado en la convención anual de mi empresa, Coca-Cola, ante más de 500 personas, y llevando en el corazón a las más de 400.000 personas con tartamudez de este país.
Os puedo asegurar que muchos de los ponentes tenían más miedo y estaban más nerviosos que yo. Lo veía en sus caras. Yo partía con ventaja sobre ellos, porque ¿qué era lo peor que me podía pasar?. ¿Que me bloqueara delante de 500 personas?. Sé muy bien lo que es que no te salga una palabra, no poder acabar una frase, tener que buscar una palabra sustituta en un milisegundo o poner un conector entre palabra y palabra. Llevo toda la vida haciéndolo delante de todo el mundo, así que hacerlo una vez más no tenía ninguna importancia para mi.
Y SI. Puedo decir que fue un día realmente grande, y que no me preocupé ni lo más mínimo de si me iba a salir bien o mal, si iba a tartamudear o no. Únicamente me preocupé de lanzar mi mensaje y disfrutar del maravilloso momento que me había regalado mi empresa de hablar delante de 500 personas.
¿Que si me salió bien? Eso es lo de menos. Hoy, mañana o dentro de cinco días me volveré a bloquear, me volveré a quedar sin palabras y me importará lo mismo que me importaba ayer y antes de ayer, NADA.
Tengo que dar las gracias a Charo Orellana y a Coca-Cola por regalarme un día tan grande. Ni se imaginan lo que va a significar para mucha gente. Y gracias infinitas a la Fundación Española de la Tartamudez por darme la oportunidad de contarlo.
Pedro Ramirez de Serranos. Gerente de Logística del Área Sur de Coca-Cola.